El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró el jueves que no tenía dudas de que Rusia intentaría inmiscuirse en los Juegos Olímpicos de París este verano boreal, en unos comentarios que resaltan el tenso telón del fondo geopolítico del evento.

“No tengo ninguna duda, ni siquiera en términos de información”, dijo Macron en respuesta a la pregunta de un periodista sobre si creía que Rusia intentaría atentar contra los Juegos Olímpicos.

Las declaraciones de Macron, pronunciadas en un evento en París con motivo de la inauguración del nuevo centro acuático de los Juegos Olímpicos, representan su reconocimiento más explícito hasta la fecha de amenazas extranjeras a la seguridad o el buen funcionamiento de los Juegos.

El acontecimiento, muy esperado en todo el mundo, tiene lugar en un contexto mundial complejo, en el que la guerra de Rusia en Ucrania y el conflicto de Israel con Hamás en Gaza complican los esfuerzos por salvaguardar los Juegos.

Una asesora de Macron, que habló bajo condición de anonimato, se negó a decir si el presidente se refería a una información de inteligencia específica que señalaría un futuro intento de interferencia rusa.

En cambio, dijo: “Hay un endurecimiento por parte de Rusia, que estamos viendo desde hace varios meses”.

Macron adoptó recientemente una postura más dura contra Rusia, prometiendo que Moscú debe ser derrotado, y no descartó que tropas europeas acudan algún día a Ucrania, aunque dejó claro que Francia no tiene intención de instigar hostilidades contra Rusia.

Su Gobierno también adoptó una línea más dura contra los supuestos esfuerzos de desinformación rusos en toda Europa.

A principios de esta semana, el ministro de Asuntos Exteriores, Stéphane Sejourne, declaró que Francia propondrá sanciones a escala de la UE contra quienes estén detrás de la difusión de desinformación, en medio de lo que París considera crecientes esfuerzos de Rusia por desestabilizar el bloque.