Por Nicolás Moll y Daniel Font Thomas
La Municipalidad de Neuquén ha intensificado sus esfuerzos para impedir la apertura del boliche SENS, generando un serio enfrentamiento con Nicolás Vaamonde, el dueño de la licencia comercial del local. La administración municipal ha presentado una demanda para anular el decreto que permitió la habilitación del establecimiento, alegando incumplimientos normativos y omisiones en los dictámenes ambientales.
Vaamonde declaró que cumplió con todos los requisitos legales, pero el municipio revisó su licencia comercial, otorgada hace tres años y medio, justo cuando planeaba utilizarla. Según el empresario, esta revisión parecía ser un esfuerzo deliberado para bloquear la apertura del boliche. A pesar de presentar la documentación requerida, el municipio negó la licencia provisoria y emitió una ordenanza prohibiendo cualquier actividad en un radio de cinco cuadras del establecimiento.
Gabriela Cagol, subsecretaria de Comercio municipal, confirmó en una entrevista que la demanda municipal buscaba invalidar la habilitación de SENS debido a desacatos a normativas de uso del suelo y otros problemas legales. La apertura del boliche fue promovida sin consultar a las autoridades locales y sin realizar los trámites necesarios para verificar la viabilidad legal y la adecuación al entorno urbano.
La controversia se complicó con la solicitud del municipio a la justicia para una medida cautelar que podría invalidar la licencia, impidiendo definitivamente la apertura de SENS. Vaamonde consideró esta acción un intento desesperado del municipio para bloquear su negocio, y mencionó que la medida cautelar, que debería ser rápida, lleva más de tres años pendiente, cuestionando así la urgencia de la solicitud municipal.
El caso Avalos y el antiguo boliche Las Palmas parecían influir en la decisión del municipio. Vaamonde sugirió que, si la seguridad fuera la verdadera preocupación, el boliche debería haber permanecido cerrado permanentemente. Sin embargo, la pandemia, no razones de seguridad, fue la causa del cierre anterior del local.
Un aspecto destacado en este conflicto es la presencia de una iglesia en un predio adyacente al boliche, que no ha enfrentado las mismas exigencias por parte del municipio. Vaamonde criticó esta evidente desigualdad en el tratamiento, señalando que mientras su establecimiento se enfrenta a trabas constantes, la iglesia continúa operando sin problemas.
El empresario resaltó la inversión significativa realizada en el establecimiento y expresó su frustración con la situación. Vaamonde manifestó que solo deseaba abrir su negocio y proporcionar empleo a unas 80 personas, criticando además la desigualdad en el trato del municipio, ya que una iglesia en un predio adyacente no ha enfrentado las mismas exigencias.
La disputa legal sobre SENS subraya la importancia de cumplir con los procedimientos administrativos y las normativas urbanísticas, destacando la necesidad de un desarrollo planificado y legalmente sostenible en áreas urbanas sensibles como el corredor comercial de Neuquén. La justicia ahora debe examinar los detalles del caso, determinando si procede la solicitud de la Municipalidad para invalidar la habilitación comercial, lo que podría tener repercusiones significativas para otros desarrollos comerciales en la zona.