A partir del fallecimiento de una adolescente de 17 años por inhalación de monóxido de carbono, se reiteran las recomendaciones para el correcto uso de los elementos de calefacción.
Con la llegada de la estación del invierno, las bajas temperaturas se hicieron presentes y por ello, los riesgos de intoxicación por monóxido de carbono aumentaron significativamente. La muerte de Valentina Urra de 17 años por inhalación de monóxido de carbono, reflejó la necesidad de fortalecer los métodos de prevención de este tipo de intoxicación en época invernal.
El Comisario del Departamento de Bomberos, Natalio Canale en diálogo con Radio 7, expresó: “Los artefactos como calefactores y calderas no son utilizados durante un tiempo y cuando llegan estos fríos, la gente los utiliza para calefaccionar pero deben ser revisados una vez al año por un gasista matriculado”.
“Cuando no utilizamos estos elementos durante gran parte del año, se llenan de tierra por el viento, por eso la limpieza no debe ser externa, sino en profundidad. Atravesar, ver la cámara de combustión, porque si entra tierra hace mala combustión” indicó Canale.
La recomendación para evitar las intoxicaciones por monóxido de carbono es dejar una ventana abierta o algún canal de ventilación permanente. Ya que el monóxido de carbono no se puede oler, no se puede ver, no es perceptible a nuestros sentidos, por eso es importante garantizar la ventilación de los ambientes.
“También es recomendable identificar el color de la llama que debe ser azul. Si la llama se pone amarilla o anaranjada es porque está quemando mal y obviamente hay que revisar, porque puede tener obstruido los quemadores de la cocina o la combustión del calefactor” explicó el Comisario Canale.
El color de la llama siempre debe ser de color azul brillante, ese es el color que indica la correcta combustión. En cambio, la llama amarilla o anaranjada sugieren problemas que deben ser revisados con un gasista matriculado. Los primeros síntomas de intoxicación incluyen debilidad, cansancio, sueño y náuseas.
El Comisario reiteró que los elementos de combustión de llama abierta están prohibidos en los dormitorios. En su lugar, se recomienda el uso de calefactores balanceados y supervisar cualquier obstrucción en los conductos.
Canale enfatizó que, ante la necesidad de calefaccionar con artefactos caseros, el riesgo de incendio y de intoxicación por monóxido de carbono es doble. Las latas y otros dispositivos improvisados pueden evaporarse o entrar en ebullición, provocando apagones de la llama y pérdidas de gas.
“Esperamos que la gente tome en cuenta estos consejos” concluyó el comisario.