En el barrio Gregorio Álvarez de Neuquén, los vecinos exigen la instalación de reductores de velocidad en la Calle 6. La situación del tránsito en la zona se ha vuelto alarmante, con vehículos que circulan a alta velocidad, poniendo en riesgo la seguridad de los residentes y sus mascotas.
Antonella, vecina del barrio, destacó que la calle fue abierta para facilitar el acceso de servicios de emergencia como policías, bomberos y ambulancias. Sin embargo, esto ha llevado a que la arteria sea utilizada por conductores imprudentes que la convierten en una pista de carreras, especialmente los fines de semana y durante la noche.
«Es una pista literal,» comentó Antonella, quien explicó que a cualquier hora del día, los autos bajan a gran velocidad, incluso cuando los vecinos intentan señalizar para que reduzcan la velocidad. Esta imprudencia ha resultado en varios atropellos de mascotas, incluyendo el perro de una vecina.
La preocupación de los residentes también se extiende a la seguridad de los niños y los adultos mayores que transitan por la calle. «Muchísima gente baja tanto a trabajar como a dejar a los nenes a la escuela, y las veredas no están en condiciones,» subrayó Antonella. La iluminación LED en la zona no ha sido suficiente para mitigar los riesgos.
Los vecinos ya han intentado solicitar soluciones al municipio, incluyendo la instalación de lomos de burro, que anteriormente ayudaron a reducir la velocidad de los vehículos. No obstante, según representantes de la vecinal, la falta de proveedores de reductores de velocidad ha sido la excusa para no atender la demanda. «Nos dijeron que no hay personas que fabriquen los reductores de velocidad,» afirmó Antonella.
Además, la inseguridad es otro de los problemas que enfrentan los vecinos de Gregorio Álvarez. La alta velocidad de los vehículos ha causado varios accidentes, algunos tan graves que los autos han terminado en los patios de los vecinos. La plaza cercana a la calle 6 se ha convertido en un refugio para delincuentes, aumentando la sensación de peligro después de las 10 de la noche.
«Es un peligro porque hay mucha gente mayor y las veredas no están en condiciones,» enfatizó Antonella, quien mencionó que incluso los ancianos deben caminar por la calle debido al mal estado de las aceras.
Los vecinos del barrio Gregorio Álvarez, impulsados por la necesidad de proteger a sus familias y mejorar la seguridad de la zona, esperan una pronta respuesta del municipio. La instalación de reductores de velocidad es vista como una medida urgente y necesaria para prevenir tragedias mayores.