Escuela rural del Lago Pellegrini solicita leña a padres por falta de cocina

La Escuela Primaria N°288 del Lago Pellegrini enfrenta una difícil situación al no contar con una cocina industrial funcional para preparar las comidas de sus estudiantes. Las autoridades educativas han recurrido a pedir a los padres de los alumnos que aporten leña para cocinar, generando preocupación entre la comunidad. A través de un mensaje dirigido […]

La Escuela Primaria N°288 del Lago Pellegrini enfrenta una difícil situación al no contar con una cocina industrial funcional para preparar las comidas de sus estudiantes. Las autoridades educativas han recurrido a pedir a los padres de los alumnos que aporten leña para cocinar, generando preocupación entre la comunidad.

A través de un mensaje dirigido a las familias, se solicitó colaboración inmediata. “Necesitamos leña para hacer pollo asado para toda la escuela, ya que aún tenemos solo una cocina». Este pedido refleja las dificultades que enfrenta la escuela, cuya infraestructura está deteriorada.

El establecimiento, que antes contaba con cocinas industriales, se quedó sin ellas luego de que sufrieran una explosión que las dejó inoperativas. Para enfrentar la emergencia, se instaló una cocina hogareña como medida temporal, pero ésta también dejó de funcionar tras unos días de uso. Esta situación afecta la capacidad del comedor escolar de preparar las comidas necesarias para los estudiantes.

La gravedad del problema se intensifica debido a que la escuela ofrece una jornada extendida. Los niños pasan aproximadamente nueve horas diarias en el establecimiento, lo que obliga a que se les provea de al menos una comida diaria. Sin embargo, sin las cocinas adecuadas, esto no ha sido posible. Es en este contexto que la ayuda de los padres se volvió crucial, aunque no deja de ser un indicativo de las carencias que vive el sistema educativo en áreas rurales.

Esta situación pone de relieve los desafíos que enfrentan muchas escuelas rurales en Argentina, donde las carencias en infraestructura y recursos son más evidentes. Si bien se trata de un problema puntual, es un reflejo de una situación más amplia que afecta a diversas instituciones educativas del país.

Las familias continúan aportando lo que pueden, mientras esperan que las autoridades provinciales intervengan para resolver el problema. La comunidad educativa de Lago Pellegrini sigue unida, pero la falta de soluciones a largo plazo genera inquietud sobre el futuro de la escuela y la seguridad alimentaria de sus estudiantes.

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