El incendio forestal que afecta desde el 25 de diciembre de 2024 al Parque Nacional Nahuel Huapi, en la región cordillerana de Río Negro, continúa su avance tras más de un mes de esfuerzos por parte de brigadistas locales y nacionales. El fuego, que se originó en una zona cercana al límite con Chile, en el Parque Los Manzanos, ha tomado dimensiones alarmantes, alcanzando una superficie estimada de 5.200 hectáreas. Sin embargo, la magnitud de la afectación podría ser aún mayor, dado que los relevamientos de campo siguen en curso y la información satelital es la principal fuente de datos hasta el momento.
Ariel Amthauer, brigadista de la zona, brindó detalles sobre la situación en un reportaje exclusivo, destacando la complejidad de este incendio en particular. Según Amthauer, el fuego se encuentra en una zona inaccesible, con vegetación densa y topografía accidentada que dificulta enormemente las tareas de extinción. El terreno de difícil acceso, sumado a las condiciones meteorológicas adversas —altas temperaturas, falta de precipitaciones y vientos intensos—, han empeorado la situación, haciendo que las llamas avancen rápidamente y dificultando el control del fuego.
En las últimas semanas, el incendio ha avanzado hacia las áreas cercanas a la Cascada Los Alerces, una importante zona turística y residencial de la región, lo que ha generado gran preocupación por la seguridad de las comunidades cercanas. A pesar de los esfuerzos de las brigadas de Río Negro, Neuquén y Chubut, los brigadistas no han podido controlar el avance del incendio, que ha alcanzado un punto crítico de cercanía con viviendas rurales en las zonas aledañas al parque. Amthauer señaló que la situación ha sido particularmente difícil debido a la alta carga de combustible, ya que los árboles como coihues y lenguas —que superan los 1,5 metros de diámetro y los 40 metros de altura— están siendo consumidos por las llamas, aumentando considerablemente la dificultad para extinguir el fuego.
Este tipo de incendios forestales es típico de la región cordillerana patagónica, caracterizada por su vegetación densa y su topografía accidentada. Según el brigadista, los incendios de gran magnitud en esta región pueden durar meses debido a la persistente falta de lluvias, la presencia de fuertes vientos y las temperaturas extremas, lo que significa que la extinción completa podría llevar mucho tiempo. La situación es aún más complicada porque, según Amthauer, la vegetación en la zona tiene una alta densidad y no se ha logrado sofocar las llamas completamente, lo que pone en riesgo a la infraestructura local, incluidas viviendas y estructuras turísticas en la zona.
La necesidad de recursos adicionales
Uno de los principales obstáculos en el control del incendio ha sido la falta de recursos suficientes para enfrentar un fuego de tal magnitud. Según Ariel Amthauer, el esfuerzo ha dependido de la colaboración de brigadistas y medios aéreos proporcionados por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que ha destinado aviones gigantes y helicópteros para arrojar agua y retardantes sobre las áreas más afectadas. A pesar de la asistencia del personal de las brigadas nacionales, como las de Chubut, Misiones y Neuquén, la cantidad de agua necesaria para sofocar el fuego ha superado ampliamente las expectativas.
Además de los esfuerzos locales, las autoridades provinciales y nacionales están coordinaando acciones con los municipios de San Carlos de Bariloche y otras localidades cercanas, que han trabajado sin descanso para ofrecer el apoyo logístico necesario. El Ministerio de Seguridad de la Nación ha desplegado a las fuerzas de seguridad, incluyendo la Policía Federal y Prefectura Naval Argentina, para garantizar la seguridad en las zonas afectadas, mientras que las instituciones locales y las autoridades de Protección Civil se han sumado a la tarea de proteger a las comunidades rurales cercanas.
Una de las grandes preocupaciones es el impacto del incendio en las comunidades cercanas al parque, que se encuentran en riesgo debido a la proximidad de las llamas. Ariel Amthauer explicó que las comunidades rurales dentro y alrededor del Parque Nacional están bajo régimen de riesgo de interfaz rural, un concepto que se refiere a la interacción peligrosa entre los incendios forestales y las infraestructuras humanas. En este sentido, se han implementado planes de contingencia para proteger las viviendas y evitar la pérdida de infraestructura clave. Afortunadamente, hasta ahora no se han registrado víctimas fatales ni daños significativos en las poblaciones cercanas, pero la incertidumbre sigue siendo alta debido a la rapidez con la que el fuego avanza.
Si bien se han hecho esfuerzos por controlar el fuego, Amthauer dejó claro que el incendio podría extenderse durante varios meses. Los brigadistas y el personal de apoyo seguirán trabajando en la región para tratar de contener el fuego, aunque las condiciones meteorológicas seguirán siendo un factor determinante. A medida que el trabajo de extinción avanza, las brigadas de Río Negro, Neuquén y Chubut continúan sumando brigadistas y recursos a la tarea, mientras se espera que el relieve de campo permita realizar un relevamiento más exacto de la extensión final de los daños.