El miércoles 29 de enero, tan solo días después de los polémicos dichos del presidente Javier Milei en el Foro Económico de Davos, la casa de una familia de lesbianas fue prendida fuego por un vecino que las había venido amenazando durante años, sin que la justicia tomara medidas adecuadas.
La historia de esta familia comienza en 2022, en Cañuelas, cuando decidieron mudarse a una zona semirural después de la pandemia, buscando un estilo de vida más tranquilo en contacto con la naturaleza. Allí conocieron a Orlando Alcides Lutz Fogar, un vecino que estaba violentando a otra pareja de mujeres en el barrio, y decidieron actuar para demostrarle que no estaban solas. Desde ese momento, las hostilidades de este vecino no hicieron más que empeorar.
El hombre comenzó a grabar las entradas y salidas de la familia con su teléfono móvil, espiándolas con binoculares desde su propiedad y realizando gestos de desprecio. Esto convirtió la vida de las mujeres en una prisión, donde no podían ni salir a caminar ni dejar que su hija jugara afuera por miedo a las represalias. Las amenazas de Fogar escalaron cuando roció el pilar de luz con nafta en varias oportunidades, poniendo en riesgo las casas vecinas y dejando a la familia sin luz.
A pesar de las denuncias presentadas, la respuesta judicial fue mínima: se les otorgó una orden de restricción para una sola de las integrantes de la familia, la cual nunca fue cumplida por Fogar. En un acto final de hostigamiento, apuntó con una mira láser a la casa, lo que llevó a la familia a abandonar su hogar por miedo a morir. A pesar de todo esto, la justicia nunca tomó medidas eficaces para proteger a la familia.
En la madrugada del 29 de enero de 2025, una vecina despertó a la familia con la noticia de que su casa estaba en llamas. Las cámaras de seguridad mostraron a Fogar caminando por la calle a las 3:40 AM, con un bidón de nafta en la mano y acompañado de su perro ovejero. Se dirigió directamente a la casa, roció el inmueble con nafta y lo prendió fuego, sin saber si la familia estaba dentro.
Las denuncias sobre el hostigamiento fueron constantes, pero la justicia nunca actuó con la debida urgencia. Funcionarios públicos como Roberto Javier Berlingieri (UFIyJ Nº1 de Cañuelas), Roque Funes (UDF de Cañuelas), y Martin Miguel Rizzo (JG Nº8) fueron responsables de no intervenir adecuadamente.
Organizaciones comunicaron que este hecho es una prueba palpable de cómo los discursos de odio fomentan la violencia real. «La familia lesbiana afectada convoca a todas, todos y todes a participar en la marcha del orgullo LGBTIQ+ antifascista y antiracista para demostrar que sus derechos no se negocian y que sus vidas valen», expresaron.