«El agua nos llevó todo, pero nos dejó solidaridad»: la reconstrucción de Bahía Blanca tras el temporal

Las secuelas del temporal que azotó Bahía Blanca siguen latentes. Mientras la ciudad intenta recomponerse, los vecinos se organizan para limpiar sus hogares, asistir a quienes lo necesitan y reconstruir lo perdido. «Lo cotidiano ahora es limpiar, sacar barro y priorizar lo más urgente. Ya no ves si te falta un mueble, sino que te […]

Las secuelas del temporal que azotó Bahía Blanca siguen latentes. Mientras la ciudad intenta recomponerse, los vecinos se organizan para limpiar sus hogares, asistir a quienes lo necesitan y reconstruir lo perdido. «Lo cotidiano ahora es limpiar, sacar barro y priorizar lo más urgente. Ya no ves si te falta un mueble, sino que te enfocas en sacarlo a la calle porque quedó inservible», relata Diana, una de las tantas damnificadas, en diálogo con el programa «Hay que ver».

Ubicada en una de las zonas más afectadas, cerca del Canal Maldonado, su vivienda sufrió el impacto directo del desborde del agua.

«En cuestión de minutos, el agua subió más de un metro. Tuvimos que subir al techo con mi familia y nuestra perra. Pasamos horas bajo la tormenta eléctrica hasta que pudimos bajar», recuerda con angustia.

El panorama en la ciudad es complejo. «No tenemos más farmacia en la cuadra, le destruyó todo», cuenta Diana, quien también señala que el acceso a insumos básicos sigue siendo un problema. A pesar de esto, destaca la rápida respuesta de la comunidad. «Hay mucha gente ayudando, desde voluntarios hasta el batallón del Ejército que evacuó a personas mayores», explica.

Las donaciones llegan desde distintas partes del país y son distribuidas en los centros de evacuados. «Sé que están entregando viandas y asistiendo a quienes todavía tienen agua dentro de sus casas», comenta Diana. Sin embargo, la falta de energía eléctrica y agua sigue afectando a muchos barrios.

«El alumbrado público volvió hace dos días, pero en muchas casas seguimos sin luz y tenemos que abastecernos con camiones cisterna», detalla.

A pesar del impacto emocional y material, destaca la solidaridad como un aprendizaje invaluable. «Nunca habíamos hablado con algunos vecinos y ahora estamos unidos, ayudándonos unos a otros. La naturaleza no distingue política ni credos, solo nos queda la humanidad para salir adelante», reflexiona.

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