¿Cuál será mi próximo aprendizaje?
Ante la llegada de un año nuevo, rara vez escuchamos esta reflexión. Generalmente, se dice: «Esperemos que este año sea…» o «Esperamos que el próximo año traiga…». Nos dejamos llevar por la inercia de los días con facilidad. Ponemos en manos del «año» la capacidad de organizar nuestra vida, como si ya estuviera todo dado y lo único que debiéramos hacer es «esperar».
Del mismo autor de expresiones como «¿qué querés que le haga?», «¿qué se le va a hacer?», «la vida es así…» llega la nueva versión de «Esperemos que este año…».
Mi consulta para ustedes, lectores de esta nueva columna en este espacio que agradezco profundamente, es la siguiente: ¿cuánta responsabilidad tenemos en lo que nos sucede a diario?
Debemos entender que tenemos las relaciones que nos merecemos. Esto es algo fundamental. No es una cuestión de destino. Tenemos la pareja que nos merecemos, los hijos, los amigos, el trabajo, la casa. Simplemente porque son nuestras decisiones las que nos permiten sostenerlas o no.
Lo único que no elegimos en este plano son nuestros padres, el lugar y las condiciones de nuestro nacimiento e infancia. Luego, paso a paso, podemos tomar las decisiones que nos llevan a vivir el tipo de vida que estamos viviendo.
Por esta razón, y con la frase «año nuevo, vida nueva», los astros nos ofrecen, con nuestro permiso, una oportunidad para preguntarnos: ¿qué quiero para este nuevo ciclo?
¿Qué quiero dejar atrás? ¿Qué cosas, instancias, relaciones ya no elijo y puedo soltar con amor y respeto?
¿Qué sigo eligiendo? Relaciones, costumbres, hábitos… ¿Qué puedo modificar para sentirme mejor?
¿Qué me hace bien y decido abrazarlo con suavidad?
Ser conscientes de que somos los protagonistas de nuestras vidas, de nuestros días y momentos, es lo que marca la diferencia. Siempre habrá hechos que nos condicionen, que no podemos cambiar ni elegir. Lo importante es cómo reaccionamos ante ellos. Nuestro eje debe estar lo más equilibrado posible para poder aprender de lo que sucede.
Ante una agresión, podemos responder con otra agresión, intensificando el conflicto hasta llegar a la irritación, acelerar nuestro pulso y dejar que ese momento cambie nuestro día. O, por el contrario, podemos preguntarnos si realmente es necesario sumarnos a la agresión. A veces, mirar la situación desde otro lugar, darnos cuenta de que la otra persona no busca solucionar un problema, sino descargar tensiones en nosotros, es lo que necesitamos para mantenernos como protagonistas.
Deseo que en este 2025 cada uno de nosotros pueda ser lo que realmente merece ser.
Lic. Laura Collavini
Psicopedagoga
Fundación Siendo
¿Año nuevo, vida nueva?
¿Cuál será mi próximo aprendizaje? Ante la llegada de un año nuevo, rara vez escuchamos esta reflexión. Generalmente, se dice: «Esperemos que este año sea…» o «Esperamos que el próximo año traiga…». Nos dejamos llevar por la inercia de los días con facilidad. Ponemos en manos del «año» la capacidad de organizar nuestra vida, como […]