Este lunes, cerca de las 18 horas, fue hallado el cuerpo de Javier Valdez, el joven criancero que había caído al río Varvarco el pasado 23 de diciembre. El descubrimiento ocurrió en la zona de la Piedra del Toro, un sector de difícil acceso. Según informaron las autoridades, el cuerpo presentaba signos de deterioro debido al tiempo transcurrido.
El hallazgo fue posible gracias al trabajo conjunto de Guardaparques, personal de la policía y equipos de rescate especializados. La tarea de extracción, aún en proceso, enfrenta complicaciones debido a las condiciones del terreno y la fuerza del río.
Un operativo de búsqueda intensivo Desde su desaparición, se desplegó un amplio operativo que involucró a más de 100 personas, incluidos bomberos, baqueanos, personal del grupo GEOP y miembros de áreas protegidas. Las labores incluyeron navegación, sobrevuelo con drones y técnicas como el «gancheo», utilizado para rastrear el fondo del río.
El comisario Nicolás Funes había señalado que las tareas se concentraron en zonas críticas del río, como donde la corriente se ve limitada por formaciones rocosas. Fue precisamente en uno de estos puntos, a unos 18 kilómetros del lugar de la caída, donde finalmente se encontró el cuerpo.
Un desenlace trágico Javier Valdez, de 21 años, trabajaba junto a su hermano Sandro en un puente precario que colapsó, provocando la caída de ambos al agua. Mientras Sandro logró salir, Javier fue arrastrado por la corriente. Desde entonces, la comunidad y los equipos de rescate trabajaron incansablemente para localizarlo.
La secretaria de Emergencias y Gestión del Riesgo, Luciana Ortiz Luna, había explicado que las condiciones del río complicaron las tareas. “Es un río caudaloso, especialmente en esta época del año, lo que hace que la búsqueda sea muy difícil, pero no se detuvo en ningún momento”, afirmó.
El impacto en la comunidad La noticia del hallazgo generó una mezcla de alivio y tristeza entre los habitantes de Varvarco y las localidades cercanas. Durante los días de búsqueda, se sumaron voluntarios para apoyar las labores, mostrando la solidaridad de la región.
El caso de Javier Valdez deja en evidencia los riesgos asociados al uso de infraestructura precaria y la importancia de garantizar condiciones seguras para las comunidades rurales que dependen del acceso al agua y los puentes.
