En el barrio Atahualpa, en Neuquén, una vecina, Yohana, relató una serie de situaciones de violencia y agresiones por parte de un vecino con problemas de adicciones y comportamientos agresivos. La denuncia, que involucra ruidos molestos, amenazas y agresiones físicas, expone la inacción de las autoridades ante el sufrimiento de la comunidad.
La vecina relató que esta situación de violencia viene de larga data. Ruidos molestos y agresiones verbales fueron los primeros indicios de que el vecino, quien vive solo, tenía un comportamiento problemático. La familia intentó denunciarlo en varias ocasiones, incluyendo visitas a la Defensoría del Pueblo y reportes a la policía, pero las situaciones seguían escalando.
El conflicto se intensificó cuando el vecino, en un estado de descontrol debido al alcohol y las drogas, comenzó a realizar amenazas graves hacia los vecinos, especialmente hacia la denunciante. La situación alcanzó un punto crítico cuando, en medio de la noche, rompió el auto de Yohana y tiró piedras hacia su casa. Según la denuncia, el hombre incluso cortó los cables de internet de los vecinos, lo que incrementó aún más el sentimiento de inseguridad en la zona.
El domingo siguiente, el agresor, sin importar las condiciones de salud de los vecinos, fue encontrado desnudo intentando entrar a la casa de una vecina, lo que generó una situación aún más traumática para los residentes. A pesar de contar con la presencia de un móvil policial en el lugar, el vecino siguió realizando acciones sin ningún tipo de intervención efectiva por parte de las autoridades.
Además, la vecina denunció la falta de acción por parte de la fiscalía y las autoridades policiales, quienes en muchos casos desestimaron las denuncias por la condición mental del vecino, lo que dificulta la intervención adecuada en situaciones de violencia doméstica y violación de derechos.
La mujer expresó su desesperación al ver cómo su familia y las familias vecinas no contaban con protección ni respuestas claras de las autoridades. Además, destacó que su madre, una mujer de 82 años con problemas de salud, se encuentra expuesta a un gran riesgo debido a las conductas violentas del vecino. Con un hijo de 18 años y adolescentes viviendo en la zona, la vecina teme que la situación pueda escalar aún más.
Uno de los puntos más importantes del reclamo de Yohana es la falta de intervención en salud mental para tratar a personas con problemas de adicción y desórdenes psicológicos. A pesar de la repetida necesidad de intervención profesional, el vecino no ha recibido tratamiento adecuado, y sus comportamientos siguen afectando la vida de los residentes del barrio. En sus últimas declaraciones, subrayó que el sistema judicial y de salud debe actuar con mayor rapidez y eficiencia para evitar que situaciones como esta se conviertan en tragedias. Exigió que el vecino sea internado y que se tomen medidas preventivas para proteger a las familias vulnerables en la zona.