Durante la audiencia de fijación de pena por el asesinato de Rosana Artigas, el tribunal sentenció a cadena perpetua por «homicidio doblemente agravado por mediar violencia de género y vínculo previo» (femicidio en concepto resumen) al acusado, José Andrés Fernández.

Por su parte, la defensa tenía la posibilidad de apelar o anteponer algún recurso, sin embargo ya adelantaron que no recurrirán a este derecho.

Durante la audiencia, Fernández apenas emitió palabra sólo cuando se le preguntó si estaba en condiciones de oír la sentencia.

Quién sí habló en nombre de la familia fue Mónica, hermana de la víctima. «Mi familia y yo esperamos que él no salga más. Si mi hermana no tuvo derecho, el tampoco. Mi sobrino quedó solo», expresó la mujer ante el juzgado y agregó que «si llega a salir lo vamos a estar esperando».

En un principio, Fernández se había negado a ser trasladado al juzgado desde la Comisaría 12, dónde estaba detenido. Al iniciar la jornada, el representante del acusado pidió tiempo al tribunal para que su defendido llegara, pero en el momento en el estaban exponiendo las partes, recibieron un mensaje de whatsapp donde el femicida argumentaba que no querer estar presente por sugerencia de los abogados. Inmediatamente, los defensores negaron esto y se pusieron a disposición de lo que definiera el tribunal.

Por unanimidad, los jueces dispusieron llevar al acusado a la audiencia por medio de la fuerza y hubo un retraso de hora y media para celebrar la audiencia a la cual se convocó.

El femicida fue trasladado por la fuerza pública. En su alocución el presidente del tribunal Marco Lupica Cristo expresó que la persona no estaba en libertad de elegir si podía o no asistir. Finalmente, fue trasladado al tribunal y sentado para escuchar la audiencia.

Rosana Artigas fue asesinada en noviembre del año pasado en su casa, por José Fernandez. Luego, el femicida metió en un tambor el cuerpo de Rosana, lo llenó de acelerantes para descomponerlo y al no lograrlo, selló el recipiente y lo tiró en la zona de China Muerta, cerca de una bomba a la vera del río Limay.