Lo impensable poco tiempo atrás se está logrando ahora con el acercamiento de referentes de las tribus mayoritarias del peronismo. Pero más improbable aún es que el protagonista de la convocatoria sea alguien que tiene la costumbre -con la doctrina en la mano- de negarle identidad peronista a todos los demás, bajo la acusación de “marxista”, “liberal” o, peor aún, “socialdemócrata”.
El ex secretario de Comercio Guillermo Moreno lo volvió a hacer. Por segunda vez en menos de un mes, se sacudió sus prejuicios y reunió en sus oficinas del imponente Palacio Barolo a economistas de cabecera de los máximos exponentes del peronismo como Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Sergio Massa, Juan Grabois, el Movimiento Evita y hasta Miguel Pichetto, pese a que éste viene de ubicarse en la vereda de enfrente.
El personaje más inesperado, quien en las últimas elecciones presidenciales no pudo siquiera superar las PASO, es finalmente quien más está haciendo por estas horas para darle carnadura a la tan mentada unidad del campo nacional y popular. Y lo hace desde la periferia, ya que desde que renunció a la secretaría de Comercio en 2013, el establishment del PJ prácticamente lo excomulgó y lo arrojó a los márgenes.
El motivo de este segundo cónclave fue repasar el documento en la que los distintos espacios peronistas invitan a una “gesta reindustrializadora” en el país.
El escrito había sido presentado en la primera reunión que tuvo lugar el 27 de junio pasado, pero lo que se acordó allí es que los economistas del resto de los espacios iban a analizar en detalle el texto y proponer mejoras.
Efectivamente, Moreno fue recibiendo las devoluciones y perfeccionó el texto del documento, que contiene una hoja de ruta con líneas gruesas de acción para reindustrializar la economía.
“Habrá un tercer encuentro dentro de 15 días para incorporar las nuevas observaciones” que irán vertiendo a los largo de los próximos días y así darle forma final al documento, precisó a Noticias Argentinas el propio Moreno.
El ex funcionario kirchnerista y líder de Principios y Valores detalló además que al finalizar la reunión se acordó “monitorear la situación económica a partir de una serie de indicadores: el nivel de reservas, el riesgo país y el nivel de ocupación que incide en la actividad y en la pobreza”.
“Lo de hoy no fue armar un programa pero sí un consenso económico con miras a una unidad política”, destacó a Noticias Argentinas uno de los economistas del cónclave.
Durante la reunión, Moreno elevó una propuesta para pedir en conjunto una reunión con autoridades del movimiento obrero organizado, con las organizaciones del capital y con la delegación permanente del Fondo Monetario Internacional.
“Quedamos en trasladar más arriba esa propuesta, a nuestros referentes”, indicó a Noticias Argentinas otro de los representantes que participaron del encuentro.
Los invitados
El primero en llegar al convite, en soledad y con unos quince minutos de antelación, fue el economista Santiago Fraschina, en representación de La Cámpora y Máximo Kirchner.
Diez minutos después lo hizo el ex secretario de Comercio Roberto Felletti, como delegado de Axel Kicillof, quien hasta ayer nomás era uno de los blancos predilectos de las críticas de Moreno.
Después fueron llegando el resto: Germán Muiño, del CEPA, un centro de estudios económicos ligado a Hernán Letcher y la diputada nacional kirchnerista Julia Strada, ambos cercanos a Máximo Kirchner.
También se hizo presente el ex ministro de Finanzas Eduardo Setti por el Frente Renovador. Estuvo acompañado por Juanjo Tufaro, referente del massismo porteño.
El Frente Patria Grande estuvo invitado, pero según contó Moreno a Noticias Argentinas, no llegó nadie de esta organización. “Me llamó Grabois y me dijo que van a estudiar el documento y hacer observaciones”.
Lo natural es que por este espacio se hubiera hecho presente el diputado nacional y economista Itai Hagman, pero según pudo constatar Noticias Argentinas, el dirigente graboisista tenía un compromiso previo asumido para dar una charla en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
La misma circunstancia le cabe al pichettismo, que estuvo invitado pero no hubo ningún delegado en las oficinas del Palacio Barolo. “Pichetto no estuvo pero aunque no venga está. Él me llamó y me dijo que acompaña. Hagamos de cuenta que está”, aclaró Moreno a NA.
En diálogo con Noticias Argentinas, Moreno admitió que no cree que todos los invitados tengan una identidad doctrinariamente peronista, pero resaltó que lo importante es que “la hoja de ruta que se consensuó es bien peronista”.
“En la mesa no se habló de una Argentina postindustrial”, celebró el dirigente justicialista.
También ratificó su idea de que el Gobierno de Javier Milei “está terminado” y podría caer antes de finalizar el mandato. “Esto es parte de la preparación y hay que encontrar el cauce institucional”, consideró.
