El clima de represión y violencia en Venezuela se ha intensificado tras las elecciones presidenciales, en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente en medio de acusaciones de fraude electoral. La situación ha provocado una serie de reacciones tanto dentro como fuera del país, marcando una nueva etapa de tensión política y social.
Desde el lunes, Maduro y sus aliados han emitido órdenes de detención contra los líderes opositores María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Machado, quien se encuentra en la clandestinidad, declaró: “Temo por mi vida y por mi libertad”. Esta medida represiva ha sido criticada por diversas organizaciones internacionales y gobiernos extranjeros.
“La represión es indescriptible,” comentó Margarita, una venezolana que habló con Radio 7. En su ciudad, Valencia, han sido asesinadas cuatro personas y muchos otros han sido detenidos arbitrariamente. Margarita explicó que “grupos armados vinculados al gobierno están matando y aterrorizando a la población”.
El panorama se complica aún más con la intervención de actores internacionales. Estados Unidos ha reconocido a Edmundo González Urrutia como el ganador legítimo de las elecciones. En respuesta, Maduro declaró: “Saquen sus narices de Venezuela”. La tensión diplomática se suma a la crisis interna, agravando la situación.
Mientras tanto, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha solicitado a la Corte Penal Internacional (CPI) emitir una orden de arresto contra Nicolás Maduro, acusándolo de haber cometido un “baño de sangre” contra los manifestantes tras las elecciones.
En el plano local, la economía venezolana continúa en una espiral descendente. Margarita señala que “aquí se vive con 2.2 dólares al mes” y que los supermercados, aunque llenos de productos, tienen precios inalcanzables para la mayoría. “Los empresarios están siendo protegidos y beneficiados por Maduro,” comentó, denunciando la complicidad entre el poder económico y el gobierno.
La situación en Venezuela es crítica. Más de 11 personas han muerto y se han reportado más de 700 detenciones desde las elecciones. La comunidad internacional sigue de cerca estos eventos, mientras los venezolanos, como Margarita, luchan diariamente por su supervivencia y libertad en un país cada vez más dividido y oprimido.