El 24 de julio marca el Día Internacional del BDSM, una fecha significativa para la comunidad que practica el Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. Este día tiene sus raíces en Barcelona, donde en 2002 se fundó el club Rosas Cinco por Kurt Walter Fisher. Un año después, en 2003, el club impulsó el evento 24/7, un símbolo del compromiso continuo de la comunidad BDSM con sus prácticas durante todo el año. Este evento busca concienciar sobre la realidad de estas prácticas y su importancia en la vida de quienes las eligen.
En el contexto del Alto Valle, la visión del BDSM es abordado por Kali, una trabajadora sexual que comparte su experiencia y perspectiva. La entrevistada destaca que, a pesar de los prejuicios y malentendidos comunes, el BDSM es una práctica que va mucho más allá de los estereotipos de violencia y dominación. «Lo que hacemos en el BDSM no tiene nada que ver con la violencia. Son juegos consensuados donde se utilizan ataduras, látigos, calor o frío, según lo que prefiera cada persona», explica.
Kali comenzó a explorar el BDSM de manera inesperada. En sus primeras interacciones con esta práctica, se dedicaba a enviar fotos a sus clientes en las que aparecía con diferentes accesorios, como látigos y correas. «Mis primeros pasos fueron a través de fotos. Luego comencé a experimentar con látigos y otras herramientas. Un amigo, que estaba muy estresado, me pidió una sesión, y la experiencia fue muy positiva para él», recuerda la trabajadora sexual. Este evento marcó un punto de inflexión en su carrera, llevando a la entrevistada a comenzar a cobrar por sus sesiones de BDSM, lo que le permitió desarrollar su práctica profesionalmente.
La trabajadora sexual subraya que, a menudo, el BDSM tiene un efecto terapéutico para sus clientes. «Muchos vienen buscando una forma de liberar el estrés y la angustia. Los juegos de poder y las sensaciones intensas pueden ofrecer una vía de escape para sus preocupaciones diarias», dice. La capacidad de adaptar las sesiones según las necesidades y deseos de cada cliente es fundamental para Kali, quien siempre busca proporcionar una experiencia que sea tanto placentera como segura. «Siempre me aseguro de que todo se haga de manera segura y consensuada. Es crucial conocer el cuerpo y las reacciones de la otra persona para evitar cualquier daño», agrega.
El trabajo sexual en Argentina enfrenta una serie de desafíos debido a su ilegalidad, lo que complica la vida de quienes lo ejercen. La entrevistada critica la forma en que el trabajo sexual a menudo se mezcla con la trata de personas, creando confusión y estigmatización. «A menudo, se nos persigue y se nos asocia con la trata, aunque muchas personas elegimos y disfrutamos de este trabajo. Esto genera un entorno muy complicado para quienes queremos trabajar de manera digna», afirma. Kali denuncia cómo estas asociaciones erróneas afectan la percepción pública del trabajo sexual y dificultan la aceptación de prácticas como el BDSM.
La Visibilidad del BDSM en el Alto Valle
A pesar de los desafíos legales y sociales, el BDSM está ganando visibilidad en el Alto Valle. La trabajadora sexual observa un aumento en el interés y la participación en estas prácticas. «Cada vez hay más personas que se animan a explorar el BDSM, ya sea a través de fotos en redes sociales o participando en eventos locales. La diversidad en la región permite una mayor apertura y exploración de estas prácticas», señala. Este cambio en la percepción refleja un creciente reconocimiento y aceptación de la diversidad sexual y las formas de expresión dentro de la comunidad.
La Sexualidad en Personas con Discapacidad
Un tema relevante que la entrevistada aborda es la sexualidad en personas con discapacidad. Desde su experiencia en el ámbito de la salud mental, destaca la importancia de reconocer y respetar los deseos sexuales de las personas con discapacidad. «Hay una tendencia a pensar que las personas con discapacidad no tienen deseos sexuales, lo cual es completamente falso. Todos, independientemente de nuestra condición, tenemos el derecho a explorar nuestra sexualidad», enfatiza. La trabajadora sexual argumenta que la sexualidad de las personas con discapacidad a menudo es malinterpretada y reprimida, lo que contribuye a la perpetuación de estigmas y tabúes.
Recomendaciones para Nuevos Practicantes del BDSM
Para aquellos interesados en explorar el BDSM, la trabajadora sexual ofrece una serie de recomendaciones para hacerlo de manera segura y respetuosa. «Informarse bien es clave. No se trata solo de seguir estereotipos o de ver lo que hacen otros. Es fundamental entender las prácticas, las normas de seguridad y el consentimiento», aconseja. La entrevistada sugiere que los nuevos practicantes busquen recursos educativos, como libros y sitios web especializados, y se conecten con comunidades que puedan ofrecer apoyo y orientación. «El deseo no tiene que ver con el físico, sino con la piel y las sensaciones. No se dejen llevar por las imágenes o conceptos preconcebidos», concluye.
El Día Internacional del BDSM sirve como una oportunidad para educar y celebrar la diversidad en las prácticas sexuales. La experiencia de la trabajadora sexual en el Alto Valle revela las complejidades y matices del BDSM y el trabajo sexual en un contexto donde estas prácticas aún enfrentan desafíos significativos. «Ojalá podamos trabajar por una sexualidad más libre y aceptada. Cada persona tiene derecho a explorar sus deseos sin miedo a ser juzgada», concluye la entrevistada, abogando por una mayor apertura y aceptación en la sociedad.