En una entrevista exclusiva con Gustavo Lucero, abogado de la querella en el caso de abuso sexual en el jardín de infantes N°31 de Neuquén, se profundizó sobre el reciente veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular contra el docente W.G.H., acusado de múltiples delitos de abuso sexual. Lucero, quien representa a seis de las familias afectadas, dio su análisis sobre el proceso, el rol del jurado y el doloroso pero firme camino que recorrieron las víctimas y sus familias en busca de justicia.
Un veredicto meticuloso y comprometido
Para Lucero, el trabajo del jurado fue ejemplar y marca un precedente en la justicia neuquina. «Ayer, el jurado demostró una dedicación excepcional al analizar caso por caso. Fueron responsables, cuidadosos y valientes. No improvisaron en ningún momento», afirmó. «Cada veredicto fue el resultado de un análisis metódico y respetuoso hacia cada víctima. Es importante que la sociedad comprenda que los jurados reciben una guía muy detallada por parte del juez, lo cual garantiza que su trabajo sea tan imparcial como profundo».
El veredicto implicó una declaración de culpabilidad en 12 de los 23 hechos atribuidos, absolviendo al acusado en los 11 restantes. Los delitos comprobados incluyen:
- 9 hechos de abuso sexual simple (de los 19 atribuidos inicialmente).
- 1 hecho de abuso sexual con acceso carnal (de los 2 imputados).
- 2 hechos de abuso sexual gravemente ultrajante.
Estos delitos fueron considerados agravados por la posición de educador del imputado y cometidos en carácter de autor, según lo estipulado en el artículo 119, 45 y 55 del Código Penal.
La lucha de las familias: un acto de amor
Uno de los aspectos que Lucero destacó con especial emoción fue el papel de las familias de las víctimas. «Estos padres y madres merecen todo nuestro respeto y admiración. A pesar del dolor y la exposición que implica un proceso judicial, nunca dejaron de luchar por sus hijos. Cada testimonio de los padres fue un acto de valentía y amor», expresó Lucero. «En mis años de experiencia, pocas veces vi un compromiso tan inquebrantable por parte de las familias. Ellos estuvieron presentes, dieron testimonio, se quebraron y volvieron a pararse para seguir adelante. Fue algo realmente admirable».
En el juicio, participaron más de 100 testigos, entre los que se incluyen las declaraciones de las víctimas mediante cámara Gesell, testimonios de familiares, y evaluaciones de peritos y profesionales involucrados en la investigación.
El rol del jurado popular: la importancia de la duda razonable
Lucero también enfatizó cómo el concepto de duda razonable guió a los jurados en su análisis: «La justicia no siempre puede alcanzar certezas absolutas, y en este tipo de casos, la duda razonable es fundamental. Si los jurados no están convencidos más allá de una duda razonable, tienen la obligación de declarar al acusado no culpable. En este juicio, algunos casos no contaban con pruebas concluyentes, y el jurado actuó con integridad al absolver en esos casos», comentó.
La deliberación del jurado comenzó el día anterior a las 17:00 horas y se prolongó hasta las 19:00. Luego de un cuarto intermedio, retomaron la deliberación a las 8:00 de la mañana, extendiéndola hasta las 16:30 del día siguiente, cuando finalmente se emitió el veredicto final.
Próxima audiencia para fijar la pena
La sentencia definitiva para W.G.H será determinada en una audiencia que convocará la Oficina Judicial en los próximos días. «Estamos hablando de delitos graves, y la pena podría superar los 15 años de prisión. Aún debemos determinar una cifra concreta, pero será fundamental presentar pruebas sobre el impacto emocional y psicológico que estos abusos han causado en los niños y sus familias», explicó Lucero.
En esta etapa de cesura, se presentarán testimonios de los padres para detallar las secuelas y el sufrimiento que los hechos causaron en las víctimas. «Vamos a documentar cada secuela, cada momento de angustia que han vivido estos niños y sus familias», afirmó.
El caso: cronología y contexto
La Fiscalía Provincial construyó su caso estableciendo que entre marzo y julio de 2022, W.G.H. aprovechó su rol como docente de música en el jardín de infantes para cometer los abusos. Según la teoría del caso del Ministerio Público Fiscal, el acusado se valió de su posición de autoridad y vulneró a los menores en el contexto de sus clases, afectando gravemente a la comunidad infantil.
El caso fue inicialmente investigado por el fiscal del caso Manuel Islas, y en la etapa de juicio participaron el fiscal jefe Maximiliano Breide Obeid, junto con la asistente letrada Vanesa Muñoz y la agente Carla Prevedi. Además, intervinieron la defensora de los derechos de la Niñez y Adolescencia, junto a querellantes particulares, quienes actuaron en representación de las familias.
Un mensaje a la comunidad: prevención y diálogo
Finalmente, Lucero hizo un llamado a la prevención y al diálogo dentro de las familias. «Este caso deja una enseñanza clara: es fundamental que los padres hablen con sus hijos, que generen un ambiente de confianza para que los niños puedan expresarse y comunicar cualquier situación. Los abusos sexuales son un crimen que puede suceder en cualquier lugar, y el diálogo es nuestra primera línea de defensa», afirmó.
Lucero también resaltó la importancia de que no todas las pruebas dependan de los relatos en cámara Gesell. «Es una herramienta valiosa, pero no todos los niños pueden o están listos para pasar por ella. En este juicio, se lograron condenas sin necesidad de cámaras Gesell en algunos casos, utilizando otras pruebas complementarias. Esto es algo que la justicia debe seguir considerando, ya que no todos los niños pueden verbalizar el trauma de inmediato», concluyó.