En la intersección de las calles Saturnino Torres y Libertad, se encuentra un desagüe pluvioaluvional obstruido que hace años canalizaba el exceso del agua de riego. Porque en lo que se conoce actualmente como los Barrios Confluencia y Belgrano de la capital neuquina, en 1990 eran chacras de producción de frutas.

El crecimiento de la población de la ciudad de Neuquén, fue acompañado por una transformación urbana. Ya que el desagüe que originariamente drenaba el exceso de agua de riego hacia el arroyo Villa María y finalmente hacia el río Limay, hoy se encuentra obstruido y representa un peligro para la salud.

A partir de la instalación de una importante cadena de hipermercados en la zona, la función del drenaje en el desagüe pluvioaluvional fue interrumpido y en la actualidad es solo un canal que acumula agua estancada y basura.

Rodrigo Castaño en diálogo con Radio 7 expresó: “Este desagüe ya no tenía sentido real porque ya no había producción en esta zona. Entonces lo cortaron a los 200 metros, venía a cielo abierto y cuando pavimentaron taparon el desagüe. Ya no cumple la función que cumplía antes y ahora es un lugar tentador para los desaprensivos que dejan residuos”.

La falta de drenaje genera el estancamiento del agua, sumado a la acumulación de basura, crea un escenario potencialmente peligroso para la salud.

“La OMS informaba que este verano el mosquito del dengue podría llegar a ser autóctono en nuestra zona. Este es el espacio ideal para la proliferación del mosquito, son 200 metros de desagüe que no tiene ningún sentido ni destino” indicó Castaño.

Por esta razón, la acumulación de agua estancada puede generar la proliferación del mosquito del dengue y su reproducción en la zona. Lo que constituye un peligro para el verano, cuando llegan las altas temperaturas y potencia la presencia del mosquito del dengue.