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En el día de hoy, se llevó a cabo una nueva audiencia sobre las medidas cautelares que debe cumplir Emiliano Gatti, el periodista condenado a seis años de prisión por tenencia y facilitación de imágenes de abuso sexual infantil. La fiscalía y la querella reiteraron su solicitud de prisión preventiva para Gatti, argumentando que las medidas actuales son insuficientes para garantizar el cumplimiento de la condena.
La fiscal jefe destacó en su intervención que, a pesar de las restricciones previas, las medidas cautelares no resultan suficientes para asegurar el fin del proceso. En su exposición, explicó que el 5 de diciembre pasado, el Tribunal de Impugnación de Río Negro confirmó la sentencia de seis años de prisión efectiva para Gatti, un fallo que, según la fiscalía, requiere de medidas más estrictas.
El Ministerio Público Fiscal enfatizó que Gatti vive fuera de los límites provinciales, sin que se haya confirmado su fuente de ingresos ni su situación laboral actual. La fiscalía manifestó su preocupación sobre la posibilidad de que Gatti se evada del accionar de la justicia debido a estos factores, indicando que las condiciones actuales permiten suponer que el condenado podría ocultarse.
En este contexto, se recordó el precedente de otros casos como el de Bernardini y Narváez, en los cuales se solicitó prisión preventiva debido a la gravedad de las condenas. En ambos casos, los tribunales consideraron que la magnitud de la pena aumentaba el riesgo de evasión. La fiscalía subrayó que, a medida que avanza el proceso, la gravedad de la condena afecta el ánimo del condenado, lo que aumenta las probabilidades de fuga.
La querella, por su parte, también expresó su preocupación por el riesgo de fuga de Gatti. Se temió que el condenado, debido a su conocimiento sobre los procedimientos judiciales, pudiera sustraerse de la justicia. La querella coincidió con la fiscalía en que las medidas cautelares vigentes no eran suficientes para evitar un posible escape del acusado.
En defensa de su cliente, el abogado de Gatti propuso varias alternativas a la prisión preventiva. La defensa sugirió que Gatti pueda seguir viviendo en Bahía Blanca con una tobillera electrónica, o bien, cumplir con la preventiva de manera domiciliaria. También propusieron que el condenado se mudara a General Roca, donde se le colocaría un dispositivo electrónico y tendría que realizar presentaciones periódicas en la fiscalía.
Sin embargo, tanto la fiscalía como la querella se opusieron firmemente a estas propuestas, insistiendo en la necesidad de que Gatti permanezca bajo prisión preventiva. Finalmente, el tribunal resolvió que la prisión preventiva no es indispensable en este momento, pero sí consideró necesario agravar las medidas cautelares vigentes. El tribunal dictó que Gatti deberá cumplir dos presentaciones diarias en la comisaría de Bahía Blanca, además de colocarle una tobillera electrónica para monitorear su movimiento.
La decisión del tribunal establece que el acusado deberá ser monitoreado de cerca durante el proceso judicial. Desde su llegada a Bahía Blanca, se le verificará que no salga fuera de los límites urbanos de la ciudad, asegurando de este modo una mayor supervisión mientras se espera el dictado de la sentencia definitiva.