El barrio Unión de Mayo enfrenta un nuevo brote de desorden y ruido nocturno causado por las motos con escape libre, que invaden el Parque Lineal y sus alrededores a altas horas de la madrugada. En una reciente conversación con Gustavo Ancafíl, presidente de la Comisión Vecinal, la situación se describió como un caos nocturno que afecta la calidad de vida de los vecinos, quienes se ven obligados a soportar el ruido infernal desde las 19 horas hasta las 2 de la mañana.
Gustavo relató cómo, durante la madrugada del martes 20 de enero, el parque lineal se convirtió en un escenario de carreras y piruetas en motocicletas, con un total de 60 motos y más de 100 personas recorriendo el lugar. A pesar de los esfuerzos de la policía para hacer frente a la situación, los motociclistas continúan burlando los controles, generando una sensación de impotencia y desesperación en los vecinos. “Es increíble cómo después de que la policía se va, las motos vuelven a aparecer y continúan con el caos”, dijo Gustavo.
El presidente vecinal explicó que los jóvenes involucrados en estas actividades nocturnas se sienten intocables y, a pesar de los intentos de los vecinos por hablar con ellos, la falta de control y la ausencia de consecuencias permiten que sigan rompiendo el orden y la paz de la zona. Los testimonios de los residentes reflejan un malestar generalizado, con vecinos, incluso, llorando por la frustración de no poder descansar. Un vecino, desesperado por el ruido, mandó un audio llorando, cuestionando si es justo tener que soportar estas molestias cuando trabajan al día siguiente.
El problema se ha agravado debido a la falta de presencia policial constante. Los operativos no son suficientes para controlar la situación, y los vecinos solicitan la instalación de una fuerza de seguridad estable en la zona, especialmente de policía de tránsito, que se mantenga en el lugar hasta tarde para evitar las carreras ilegales. Además, la situación se complica con los trapitos que, según Gustavo, roban y hostigan a los vecinos en los semáforos. «Es una constante amenaza para nuestra seguridad», expresó.
Ante la falta de respuestas satisfactorias, Gustavo propuso organizar una reunión pública en la plaza, invitando a todos los vecinos y medios de comunicación para visibilizar el problema. La desesperación crece entre los residentes, que sienten que las autoridades no están tomando el asunto con la seriedad que requiere. “Lo único que queremos es poder descansar y vivir en paz, pero estamos al borde de un conflicto mayor si no se toman medidas urgentes”, señaló Gustavo.