Las hipótesis no son nuevas: ya desde el año pasado se observan en redes sociales videos de gente armando fogatas en lugares no permitidos a la vera del lago Nahue Huapi, en cercanías a la zona del Brazo de la Tristeza.
En las imágenes se distinguen embarcaciones con las que se llegó a los sectores donde se realiza bajo total irresponsabilidad este tipo de actividades de manera cotidiana. Así fue el principio de foco ígneo que aún se mantiene encendido al Parque Nacional Nahuel Huapi, destruyendo todo a su paso, potenciado por una sequía que ya cuenta con varios años azotando la región.
Otra de las cosas que confirman los planos secuencia de los videos son los gomones que agregan veracidad a la hipótesis que parece más sólida sobre el inicio del incendio.
En estos días, más que nunca, es necesario recordar que solamente está permitido encender fuego en los campings habilitados. Hacerlo en zonas no autorizadas trae acarreadas consecuencias inimaginables, cuando se compara lo aparentemente inofensivo de una braza apenas enrojecida o una colilla mal apagada, con las monstruosas llamas que hoy suben más allá de los antiquísimos árboles que otrora pintaban de verde la montaña y servían de postal. Sin embargo, no existen una sin la otra.
El egoísta deseo que trasgrede una norma tan sencilla, como es hacer nuestra romántica pira para foto de instagram, en un fogón autorizado, hoy es un acto que no deja de dolernos.