A partir de febrero, las tarifas de electricidad y gas aumentarán 1,5% y 1,6% respectivamente, mientras el Gobierno nacional recorta los subsidios a sectores de ingresos bajos y medios. La medida afectará a 9,5 millones de hogares.
El esquema de bonificaciones sobre el precio de la energía se reducirá al 65% para usuarios de bajos ingresos y al 50% para hogares de ingresos medios. Antes, las bonificaciones alcanzaban hasta el 71,92% en electricidad y 64% en gas para el sector más vulnerable.
La medida implica que 6 millones de familias de bajos recursos recibirán menos ayuda estatal, mientras que 3,4 millones de hogares de ingresos medios verán reducidos sus subsidios del 55% al 50%.
Según la Secretaría de Energía, el Estado aún subsidia al 58% de los hogares argentinos, mientras que los usuarios de altos ingresos ya pagan el precio pleno de los servicios.
El Gobierno también modificó el mecanismo de compensación del gas natural con Tarifa Social: ahora los pagos irán directamente a los productores y no a las distribuidoras, buscando reducir intermediarios y agilizar el flujo financiero.
Los ajustes tarifarios afectan principalmente al AMBA, donde el valor de la electricidad está regulado por el Estado nacional, mientras que en el resto del país las subas dependen de cada provincia.
A pesar de estos cambios, la Secretaría de Energía aseguró que continuará brindando asistencia a los sectores más vulnerables, aunque la oposición y sectores sociales cuestionan el impacto en el costo de vida.
Con este ajuste, el Gobierno busca reducir el gasto público y avanzar en la eliminación gradual de subsidios, en línea con las exigencias del FMI y el equilibrio fiscal.