Murió Enrique, el joven que se encontraba en la casa de barrio Don Bosco II de Neuquén al momento del trágico incendio ocurrido el martes pasado, en el que también murió su hermana Milagros, de 17.
El deceso se dio pasado el mediodía de este jueves en el hospital Castro Rendón, donde permanecía internado en estado reservado.
Pericias en la vivienda incendiada
La autopsia de la joven interpretó como causa de muerte una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono y humo. También se descartó que el fuego se haya originado por un desperfecto eléctrico y que haya sido dentro de la vivienda.
Las conclusiones arrojaron que se estableció como «posible causal» del fuego una presunta aplicación de una fuente de ignición (fósforos, encendedores, colilla de cigarrillo) sobre los materiales textiles de un sillón, el cual ofició como primer combustible y se propagó al resto de los materiales combustibles presentes.
A partir de esto, se informó, que se pudo concluir con un nivel de certeza «probable» que el punto de origen del fuego sería «sobre el sillón de un cuerpo localizado en el exterior de la vivienda, al que se le aplicó una fuente iniciadora, no individualizada».
Esto, indicaron, se sustenta en el grado de carbonización de los postes de madera y árboles, las marcas del fuego como el condensado de humo y combustión limpia de un muro, donde se ubica el armazón metálico del sillón, el que presenta efectos de oxidación. Así también como en los «efectos de oxidación y deformación» que presenta la heladera.
Por otro lado, en cuanto a la negación de que el fuego se haya originado dentro de la vivienda, señalaron que esto se sustenta en la «afectación general de las estructuras, la que mayormente presenta ahumamiento y deterioro por el desplazamiento térmico de los gases calientes por plano superior».
De igual forma, señalaron que se basa en los efectos que se observan en la vivienda, la que posee mayor destrucción en el sector de cocina disminuyendo hacia el interior de la misma.
Foto Oscar León.