El juicio por la desaparición y muerte de Otoño Uriarte, ocurrido hace más de 18 años, llegó a su etapa final con el pedido de la Fiscalía para que se declare la responsabilidad penal de los cuatro imputados. La sentencia se conocerá el próximo 5 de febrero.
Tras 11 jornadas de debate oral y público en los Tribunales de Cipolletti, la fiscalía sostuvo que se logró acreditar la culpabilidad de los acusados, quienes enfrentan cargos como coautores de privación ilegítima de la libertad agravada y homicidio. Según la fiscal jefa, Otoño, que en ese entonces tenía 16 años, fue víctima de un crimen planificado.
La fiscalía reconstruyó los movimientos de la adolescente el día de su desaparición, el 23 de octubre de 2006. «Otoño salió de su casa rumbo al colegio y dejó su bicicleta en una vivienda, pero esta apareció en el domicilio de los hermanos Jafri y Cau, dos de los imputados», explicó la fiscal, señalando este hecho como clave para sostener que fue abordada y privada de su libertad.
Los testimonios presentados en el juicio también destacaron la presencia de un vehículo y la quema del celular de Otoño en la zona donde fue vista por última vez. «Esto evidencia que no se trató de una desaparición voluntaria, sino de un acto premeditado», afirmó la acusación.
El hallazgo del cuerpo de Otoño en abril de 2007 marcó un hito en la investigación. Según el Banco Nacional de Datos Genéticos, los restos encontrados en la zona del desarenador correspondían a la joven. Las pericias revelaron lesiones punzocortantes en el cuerpo, confirmando que la muerte fue intencional.
El análisis de las prendas de la víctima, así como de un nylon negro en el que habría sido trasladado su cuerpo, resultaron determinantes. «El perfil genético de los imputados y de Otoño fue hallado en este elemento», aseguró la fiscalía, agregando que el fenómeno de conservación del cuerpo respalda la hipótesis de que inicialmente estuvo enterrado antes de ser arrojado al lugar.
La querella se adhirió a la teoría fiscal, resaltando que la joven había manifestado sentirse acosada por dos de los imputados antes de desaparecer. Además, el padre de Otoño, Roberto Uriarte, expresó su confianza en que finalmente se haga justicia tras años de impunidad.
Por su parte, las defensas intentaron desacreditar las pruebas presentadas, señalando supuestas inconsistencias en los testimonios y pericias. «No se logró demostrar la participación específica de nuestros representados», argumentaron los abogados defensores, solicitando la absolución de sus clientes.
En el caso de uno de los acusados, su defensa planteó que, de encontrarse culpabilidad, se considere la figura de «secuestro seguido de muerte no querida», buscando minimizar las consecuencias legales.
La Fiscalía, sin embargo, mantuvo su postura firme y afirmó que «el conjunto de indicios y pruebas es suficiente para determinar que los imputados actuaron en conjunto, con conocimiento previo y plena intención de privar de la libertad a Otoño y causarle la muerte».
El juicio, que marcó un importante avance en la lucha contra la impunidad, culminará el 5 de febrero con la lectura de la sentencia. «Es un caso emblemático para nuestra justicia», destacó la fiscalía, confiando en un fallo condenatorio para los cuatro imputados.
