El fallo judicial, firmado por el juez Oscar Quintana y el secretario de Cámara Bernardo Hermida Lozano, habilita a Robledo Puch a ingresar al Programa Casas por Cárceles en la Unidad 25 del Servicio Penitenciario Bonaerense. Este programa otorga al detenido un espacio sin rejas ni guardia armada, pero el traslado solo se haría efectivo si el interno acepta voluntariamente.

Robledo Puch fue hallado culpable de once homicidios cometidos entre 1971 y 1972 en la zona norte del Gran Buenos Aires, y ha sido condenado a reclusión perpetua con una accesoria por tiempo indeterminado, lo que ha prolongado indefinidamente su permanencia en prisión. La ley establece que para acceder a la libertad condicional, el reo debe superar evaluaciones psicológicas y psiquiátricas, pero hasta el momento, los peritajes realizados reflejan una personalidad con trastornos psicopáticos, marcada por impulsividad, ira y una ausencia de empatía.

Durante la reciente entrevista con el equipo del Departamento Técnico Criminológico, Robledo Puch mostró actitudes violentas y verborrágicas, lo que llevó a los peritos a interrumpir la sesión ante la imposibilidad de dialogar en términos controlados. Los informes psicológicos detallan que Robledo Puch presenta una combinación de omnipotencia narcisista y falta de introspección, lo que complica sus posibilidades de acceder a beneficios penitenciarios.

En junio del año pasado, el juez Quintana ya había rechazado una solicitud de prisión domiciliaria, argumentando la falta de infraestructura adecuada y la persistencia de comportamientos problemáticos en el detenido. Estos comportamientos incluyen su rechazo a medicarse y su negativa a seguir tratamientos médicos, agravando su condición carcelaria.

La resolución judicial para el traslado de Robledo Puch al régimen abierto podría haber representado un paso importante hacia una eventual liberación bajo ciertas condiciones, pero su negativa y la falta de estabilidad emocional impiden que el proceso avance. Para lograr su egreso, su defensa deberá argumentar convincentemente que el beneficio es adecuado para su reintegración y que el interno está dispuesto a cumplir con las normas de un régimen más flexible.

El caso de Robledo Puch continúa siendo emblemático en la historia criminal argentina, tanto por su extensa condena como por la naturaleza de sus delitos y su resistencia a las disposiciones judiciales que buscan ofrecerle un cambio en sus condiciones de detención.