La recesión está causando estragos en Argentina, según revela el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, titulado “Nuevos pobres, pobres más pobres y más desiguales: ¿Una crisis que va quedando atrás o un peor futuro por venir?”.
El estudio compara datos oficiales del primer trimestre de 2024 con los del cuarto trimestre de 2023 para evaluar los cambios socioeconómicos recientes. Aunque se destacaron aumentos en programas sociales como la AUH-TA, estos incrementos no fueron suficientes para contrarrestar la caída de los ingresos reales, afectada por la inflación y la recesión. Los hogares dependientes de programas sociales o empleos informales fueron los más perjudicados.
Desigualdad en el bienestar y fuentes de ingresos
El ingreso promedio per cápita fue de $233.695 en el primer trimestre de 2024, comparado con $255.247 en el trimestre anterior y $295.128 un año antes, indicando una pérdida promedio del 20% en el poder adquisitivo real entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024.
En los hogares, los ingresos se redujeron en términos reales entre un 15% y un 30%, ya que tanto los ingresos laborales como los no laborales fueron insuficientes para cubrir el aumento de la canasta básica. Los sectores más bajos fueron los más afectados, y la desigualdad de ingresos aumentó, con los estratos superiores participando activamente en el total de ingresos mientras que los inferiores perdían terreno.
Precarización y empobrecimiento de los trabajadores
La capacidad de compra del ingreso medio real se redujo un 18,5%, y la mediana un 26,7% en un año. Los trabajadores de menor ingreso fueron los que más sufrieron, mientras que la concentración de ingresos se mantuvo entre los ocupados de mayores ingresos.
La remuneración salarial media cayó de $451.888 a $361.445, una reducción efectiva del 20% en términos reales entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024. Aunque la tasa de empleo no registrado disminuyó levemente del 35,8% al 34,9%, la precarización laboral entre los asalariados del primer quintil alcanzó hasta el 80%, mientras que en el quinto quintil fue del 8,5%.
El informe resalta la necesidad urgente de implementar políticas económicas que promuevan una distribución equitativa de los ingresos y mejoras en las condiciones laborales para todos los sectores. La creciente pobreza y desigualdad exigen medidas concretas para evitar un empeoramiento de la situación socioeconómica del país.