Villa La Angostura enfrenta una preocupante tendencia: jóvenes organizan peleas en plazas locales utilizando las redes sociales. Jorge Lavados, vecino de la localidad, expresó su inquietud en una entrevista con Radio 7, alertando sobre la gravedad de estos eventos.

El jueves pasado, un grupo de adolescentes de entre 15 y 16 años se reunió en una plaza del barrio para pelearse. Este episodio no fue aislado. El sábado, menores de entre 12 y 13 años protagonizaron otra pelea, resultando en que una de las niñas fuera trasladada al hospital para constatar lesiones. Estas convocatorias, que comienzan en redes sociales, se han convertido en un problema recurrente, generando alarma entre los residentes.

Lavados, integrante de un grupo de vecinos autoconvocados, señaló que estos incidentes parecen ser una moda copiada de otras ciudades. La situación se agrava con la presencia de drogas en el barrio, especialmente en El Mallín, el área más populosa de la ciudad. Los vecinos han denunciado repetidamente la actividad de narcotraficantes, quienes utilizan a menores para sus operaciones.

A pesar de los esfuerzos por contactar a las autoridades, Lavados comentó que ni Desarrollo Humano ni Desarrollo Social respondieron adecuadamente. Ante la falta de acción, los vecinos decidieron hacer pública la situación y presentar una denuncia penal con el apoyo del abogado Cristiano Ubertolo, enfocándose en la ley 23.302, que protege los derechos de los niños y adolescentes.

La comisaría 28 tomó la denuncia, aunque inicialmente el juzgado alegó falta de personal para procesarla. Los vecinos están preocupados de que estas peleas, impulsadas por las redes sociales y exacerbadas por el narcotráfico, puedan escalar y resultar en consecuencias más graves, incluyendo posibles decesos.

Lavados destacó la alta densidad poblacional de El Mallín, donde conviven más de 3,500 personas en un área pequeña, lo que facilita la propagación de conflictos y la actividad delictiva. Este contexto hace que la violencia no sea solo un problema de peleas callejeras, sino un síntoma de problemas sociales más profundos.

El llamado de los vecinos es claro: se necesita una intervención urgente para evitar que estas tendencias violentas se consoliden y para proteger a los menores de la influencia de las drogas y la violencia.