La decisión del gobierno nacional de permitir el ingreso de carne con hueso a la Patagonia tras 23 años generó un fuerte rechazo en las provincias patagónicas y obligó a una marcha atrás en la medida, que ahora quedará suspendida por 90 días para su revisión.

El secretario de Producción de Neuquén, Juan Peláez, se mostró sorprendido por la decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y cuestionó la falta de diálogo con las provincias: «Nos enteramos de la misma forma que ustedes, por el Boletín Oficial, cosa que no correspondía«, aseguró.

Según Peláez, la resolución no fue consultada con las provincias patagónicas, que habían mantenido reuniones recientes con el gobierno nacional sin que se mencionara un cambio en la barrera sanitaria. «Siempre veníamos con reuniones sobre el traspaso de la administración de la barrera, pero nunca se puso en duda el mantenimiento de las condiciones actuales», afirmó.

La medida provocó una inmediata reacción de los gobiernos provinciales y de las entidades rurales, lo que llevó al Ejecutivo nacional a suspender la autorización por 90 días. Durante este período, se evaluará el impacto de la medida y se trabajará en posibles modificaciones normativas.

Peláez destacó que la barrera sanitaria ha sido clave para mantener el estatus de libre de aftosa sin vacunación en la Patagonia y advirtió sobre los riesgos que implicaría el levantamiento de las restricciones: «El riesgo es que haya un brote de aftosa. Eso para el productor es un escenario muy delicado porque su ganado empieza a perder peso, no puede comer, no puede caminar y termina siendo sacrificado», explicó.

Por otro lado, el funcionario neuquino puso en duda que el levantamiento de la barrera implique una baja en el precio de la carne en la región, como argumentan algunos sectores: «Es una hipótesis que genera muchas dudas. Hace 23 años que la barrera está y la carne sin hueso ingresa en grandes cantidades, pero la seguimos pagando más cara que en el resto del país«, sostuvo.

Finalmente, Peláez destacó la necesidad de fortalecer la economía regional y mejorar la cadena de valor sin afectar la sanidad ganadera: «Se debe trabajar en normas y procedimientos que aseguren que el estatus sanitario no se vea perjudicado, además de analizar qué sucede en la cadena de comercialización para que el consumidor no pague precios abusivos».

Mientras tanto, la decisión de suspender la medida trajo algo de alivio a los productores patagónicos, aunque la incertidumbre persiste ante un posible nuevo intento de flexibilizar la barrera sanitaria en el futuro.