En una madrugada difícil para los vecinos de la ciudad de Neuquén, un incendio arrasó con un galpón y estuvo a punto de tomar la vivienda contigua. Casimiro Gómez, delegado territorial, relató la angustia vivida por los habitantes del barrio, quienes se enfrentan a una inseguridad constante. El fuego, aparentemente provocado por actos de vandalismo, se desató alrededor de las 4 de la mañana, y aunque los bomberos actuaron rápidamente con dos autobombas, la sensación de desprotección sigue latente en la comunidad.
El vandalismo y la impunidad
Lo que comenzó como un simple incendio se transformó en una evidencia de la creciente impunidad de los delincuentes. Según el vecino afectado, los delincuentes no solo causaron el incendio en busca de herramientas o objetos de valor, sino que también se paseaban entre los techos con una actitud desafiante. “Los delincuentes no temen ni a la policía, ni a las cámaras, ni a las advertencias de los vecinos. Están como en otro mundo”, relató Gómez, quien añadió que en los últimos días la inseguridad ha aumentado, con robo de herramientas en varias viviendas cercanas.
La noche en que se desató el incendio, los delincuentes recorrieron la zona a la espera de que alguna vivienda estuviera sin puertas cerradas para ingresar a robar. La situación es aún más alarmante debido a la presencia constante de patrulleros en la zona, pero a pesar de eso, la delincuencia sigue avanzando con total osadía, logrando intimidar a los vecinos sin ningún tipo de remordimiento. El enojo y la impotencia del afectado se percibían claramente mientras relataba los hechos.
Los daños y la angustia de los vecinos
El incendio se desató en un galpón que estaba lleno de herramientas y material valioso para el dueño de la propiedad. A pesar del daño, los bomberos lograron evitar que el fuego alcanzara la vivienda contigua, lo cual representaba el mayor temor del dueño del galpón. Sin embargo, lo que parece ser una acción deliberada para causar daño dejó una profunda preocupación en los vecinos, quienes viven con la angustia de que sus propiedades pueden ser el siguiente blanco.
El vecino, aunque muy afectado, agradeció la intervención de los bomberos, quienes actuaron rápidamente para evitar que el fuego se propagara aún más. «Estaba desesperado, trataba de ayudar a los bomberos para que el fuego no llegara a la casa del vecino», comentó, mientras aún manejaba la manguera para apagar los restos del incendio.
Un ciclo de inseguridad sin fin
La situación de inseguridad no es nueva para los vecinos de Neuquén. Este acto de vandalismo se suma a una larga lista de robos y destrozos en la zona. Según Casimiro Gómez, los delincuentes no solo roban, sino que destruyen lo que encuentran a su paso. “Rompen lo que está a mano, prenden fuego, y se van sin llevarse nada”, explicó Gómez, señalando que el daño no es solo material, sino también emocional, ya que los vecinos viven con la constante sensación de estar desprotegidos.
Lo más alarmante de este tipo de delitos es la impunidad con la que los delincuentes actúan. Gómez relató un incidente similar en el que un delincuente, delante de la policía, rompió un casco mientras filmaba el operativo de un allanamiento sin que las autoridades pudieran hacer nada. «Es la impotencia que sentimos todos, los delincuentes saben que pueden actuar con total libertad», concluyó Gómez, quien resaltó la falta de recursos y autoridad para frenar este tipo de comportamientos.
A pesar de la presencia policial en la zona, la policía se ve desbordada por la magnitud de los delitos que ocurren en Neuquén. Los patrulleros realizan rondas, pero las acciones preventivas parecen ser insuficientes ante la osadía de los delincuentes. Gómez dejó claro que la comunidad necesita un apoyo más firme de las fuerzas de seguridad para frenar esta ola de robos y daños.
«No les importa nada«, repitió varias veces Gómez, visiblemente cansado de la situación. La comunidad está siendo golpeada por un círculo vicioso de delincuencia y vandalismo que parece no tener fin. La indignación es palpable, y los vecinos temen que sus viviendas sean las próximas en ser afectadas por actos de maldad gratuita.