El Gobierno Nacional anunció la disolución de la AFIP y la creación de una nueva agencia, llamada ARCA (Agencia de Recaudación y Control Aduanero). Esta decisión ha generado una ola de incertidumbre tanto entre los trabajadores del organismo como entre los contribuyentes que dependen de sus servicios.
Según Claudio López, secretario general de la seccional de Neuquén de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP), la disolución de la AFIP podría resultar en más de 3,000 despidos. Esto representa una reducción del 34% de la plantilla en todo el país, lo que podría paralizar la estructura de servicios del organismo. La preocupación es palpable, ya que muchos trabajadores temen por su futuro laboral y la capacidad del nuevo organismo para operar eficazmente.
López destacó a Radio 7 que la falta de respaldo normativo para esta medida es alarmante. «No sabemos cómo se implementará el traspaso de personal a ARCA», comentó el secretario de la AEFIP. La incertidumbre se agrava ante la posibilidad de que no haya una transición ordenada, lo que podría afectar el funcionamiento del sistema de recaudación.
En cuanto a los contribuyentes, López advirtió que también hay temores sobre cómo se gestionarán los trámites. Muchos de ellos, como los monotributistas, dependen de un sistema que, actualmente, se realiza en gran parte de manera digital. Sin una transición clara, los ciudadanos podrían enfrentar problemas para realizar sus presentaciones y cumplir con sus obligaciones fiscales.
El anuncio del Gobierno, según el representante de AEFIP, parece ser una medida apresurada. «La desorganización en el manejo de este anuncio es realmente preocupante», afirmó. La falta de información sobre la nueva estructura y cómo afectará a los contribuyentes genera un ambiente de incertidumbre.
Los empleados de la AFIP se sienten desprotegidos. «Estamos en una situación de vulnerabilidad, sin claridad sobre nuestro futuro laboral», comentó López. Aunque el Gobierno sostiene que el nuevo organismo mantendrá a los trabajadores, muchos no tienen confianza en que esto se concrete.
La situación es crítica, y los días venideros podrían ser complicados. Los trabajadores y contribuyentes están en la espera de normativa que aclare cómo será la transición y qué cambios se implementarán. «Hay muchas preguntas sin respuesta», añadió López.
Además, la falta de claridad podría impactar en la recaudación fiscal. «Un organismo tecnificado como la AFIP no se puede transformar de la noche a la mañana», subrayó. La preocupación se centra en si ARCA estará en condiciones de manejar las complejidades del sistema tributario argentino.
Finalmente, este anuncio pone de manifiesto la necesidad de una planificación adecuada y la importancia de la comunicación entre el Gobierno y los organismos involucrados. Los trabajadores y contribuyentes merecen claridad y seguridad en un proceso que, de no manejarse adecuadamente, podría generar consecuencias negativas para todos.