
El polideportivo y el patinódromo del barrio Gregorio Álvarez atraviesan una grave situación de vandalismo y robos que afecta su funcionamiento y pone en riesgo la seguridad de quienes utilizan las instalaciones. Vecinos denunciaron el deterioro progresivo del lugar, la sustracción de elementos clave para su mantenimiento y la falta de medidas para evitar nuevos hechos delictivos.
Uno de los principales problemas es el robo de cables de iluminación, lo que ha dejado gran parte del predio a oscuras y genera un escenario propicio para nuevos hechos delictivos. A esto se suma la sustracción de la bomba de agua, un elemento fundamental para el abastecimiento de los sanitarios, que actualmente no pueden ser utilizados.
«Las cañerías quedaron dañadas al intentar robar las mangueras, y ahora el agua no sube al tanque«, señalaron los vecinos.
Los accesos al predio también han sido blanco de ataques constantes. Los alambrados han sido cortados en varias oportunidades y las puertas de ingreso fueron violentadas, lo que obligó a una medida extrema: dejar los portones abiertos para evitar más destrozos.
“Es absurdo, pero es eso o que rompan todo a diario”, explicaron quienes frecuentan el lugar.
El uso indebido del espacio también es motivo de reclamo. La cancha de césped sintético, destinada a actividades deportivas, es utilizada por algunos vecinos para pasear perros, lo que genera problemas de higiene y mantenimiento. “Los perros ensucian la cancha y quienes los traen no se molestan en limpiar”, denunciaron.
Además de los destrozos materiales, la inseguridad en el área preocupa a los vecinos, quienes sostienen que la presencia policial es escasa y que el abandono del predio facilita el accionar de los delincuentes.