
El caso de una mujer policía que se encadenó en el acceso a Casa de Gobierno generó gran conmoción social. La agente, madre soltera con dos hijos menores, tomó esta drástica decisión luego de varios meses sin obtener respuestas concretas tras denunciar a dos jefes policiales por maltrato, acoso y prácticas irregulares dentro de una unidad en Villa Pehuenia. Su abogado, Gustavo Lucero, confirmó que la mujer aportó pruebas adicionales a su denuncia, incluyendo audios, videos, mensajes y comunicaciones con autoridades locales y vecinos.
«Cuando amplió la denuncia, presentó nuevos elementos como audios, videos, mensajes y comunicaciones con autoridades y vecinos, que confirman el maltrato, las irregularidades y la violencia que sufrió», afirmó Lucero.
Los dos superiores denunciados fueron suspendidos preventivamente de sus cargos, se les retiró el arma y la placa, y ya se encuentran bajo investigación. Además, el ministro de Seguridad Matías Nicolini se comprometió a garantizar protección a la víctima, a reintegrar a los dos efectivos que declararon a su favor y que habían sido trasladados, y a retirar al jefe denunciado de la vivienda institucional ubicada a solo dos casas de la denunciante, en cumplimiento de las medidas de restricción.
Lucero calificó la situación como “un acto de humillación al que se vio obligada por desesperación” y señaló que “fracasaron todas las instancias institucionales previas”.
La mujer, actualmente con licencia psicológica, fue citada a declarar ante Asuntos Internos y también tendrá audiencia ante el juez laboral.
Desde la Subsecretaría de la Mujer y de Género se había intentado mediar en el conflicto, aunque algunas reuniones se frustraron. “Esto se pudo haber evitado”, lamentó el abogado.
También advirtió que la mujer teme represalias y que uno de sus pedidos fue poder volver a trabajar en condiciones dignas, lejos de sus agresores y cerca de sus hijos.