En el cierre de 2024, el gobierno de Javier Milei cierra un ciclo sin grandes sobresaltos. A pesar de los desafíos económicos y sociales que persisten, se destaca una relativa calma en las calles y una gestión que, desde Casa Rosada, considera como positiva. En su columna habitual para Radio 7, Mayra García, periodista jefa de la sección política de Noticias Argentinas, explicó que uno de los elementos más destacados es el hecho de que no hubo grandes protestas ni situaciones de tensión social durante el fin de año, una situación que, según fuentes del gobierno, se valora como un logro frente a las expectativas de conflicto.
En el ámbito internacional, el presidente Milei ha fortalecido su relación con figuras clave, como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, con quien mantiene una buena sintonía personal y política. Este vínculo ha sido reforzado por un gesto significativo: Meloni le otorgó la ciudadanía italiana a Milei, un reconocimiento por su ascendencia italiana. Este acto simboliza la estrecha relación que ambos líderes han cultivado durante los últimos meses.
Sin embargo, no todo ha sido armonía dentro del gobierno. Un punto de fricción interna ha sido la relación entre el presidente y la vicepresidenta, Victoria Villarruel. Los desacuerdos se profundizaron a raíz de su papel durante la ausencia de Milei en el país, especialmente tras el episodio de la controversia por el caso del ex-senador Edgardo Kueider. A pesar de ello, Villarruel ha intentado despegarse de cualquier conflicto interno, reafirmando su lealtad al espacio de La Libertad Avanza y su compromiso con el presidente.
En cuanto a la situación económica, el gobierno celebra el control de la inflación y la mejora de ciertos indicadores macroeconómicos. A pesar de la recesión que afecta a la economía argentina, el gobierno considera que ha logrado estabilizar la economía a niveles que no se esperaban a mitad de año. En este contexto, la Casa Rosada valora positivamente los logros en términos de políticas económicas, a pesar de que las cifras de pobreza siguen siendo alarmantes, con casi la mitad de la población bajo la línea de pobreza.
La imagen de Milei, que comenzó con una fuerte expectativa, ha permanecido relativamente estable durante el año. Si bien su popularidad no ha sido arrolladora, se destaca que el presidente goza de un apoyo considerable entre aquellos que buscan un cambio tras años de gobiernos tradicionales. Las últimas encuestas revelan que, en Buenos Aires, aunque la crisis económica persiste, no hay una reacción masiva de rechazo, lo que podría reflejar un “capital político” suficiente para que el gobierno aguante el desgaste.
Un factor clave en este clima de estabilidad ha sido la ausencia de protestas masivas, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde históricamente las manifestaciones en contra del gobierno han sido comunes. Según un informe reciente, las protestas han disminuido en más de un 70%, lo que marca una diferencia con otros períodos de crisis. Este dato se interpreta como una señal de que, al menos por ahora, el gobierno ha logrado calmar los ánimos de la sociedad.
Además, el gobierno ha logrado mantener su relación con los sectores más vulnerables. A pesar de los anuncios de recorte de planes sociales, no hubo una reducción drástica, y las asignaciones se ajustaron conforme a la inflación, lo que permitió mantener la estabilidad social en momentos de alta inflación. Este equilibrio ha sido clave para evitar situaciones de desbordes o reclamos sociales más intensos.
El clima político en este cierre de año se caracteriza por una relativa calma, algo poco frecuente en periodos de alta inflación y bajos índices de crecimiento. Aunque persisten los desafíos económicos, el gobierno parece haber logrado gestionar las tensiones de manera efectiva. En cuanto al futuro inmediato, Milei ha adelantado que no se tomará vacaciones, buscando dar el ejemplo y evitar gestos que puedan ser interpretados como ostentosos en medio de la crisis económica.
Finalmente, el presidente se prepara para un verano de trabajo continuo, en el que su equipo deberá enfrentar nuevos desafíos sin el recurso de la pausa estival. A través de este mensaje, Milei quiere dar la imagen de un gobierno que se mantiene firme ante las adversidades, sin descuidar su compromiso con la gestión económica y social en un contexto de alta presión.