
En diálogo con el programa “Desafío Energético” de Canal 7 de Neuquén, el country manager de NCS Multistage, Luciano Fucello, analizó los recientes movimientos de empresas en el yacimiento, los desafíos del contexto macroeconómico y las tensiones en torno a los costos del sector. Una mirada profunda sobre el presente y futuro de Vaca Muerta, en medio de un escenario de cambios e incertidumbre.
En una semana marcada por señales contradictorias del mercado, el periodista Adrián Giannetti dialogó en su programa “Desafío Energético” con Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage y director de la Fundación Contactos Energéticos. La entrevista, transmitida por Canal 7 de Neuquén, abordó sin rodeos el estado actual de Vaca Muerta y las complejidades del escenario económico y político que rodea a una de las principales apuestas energéticas del país.
“Un escenario de cambio”
Fucello no dudó en calificar el momento actual como un punto de inflexión. “Estamos frente a un escenario de cambio”, aseguró al referirse a la salida de empresas como Total, Equinor, Exxon y Petronas de sus activos en Argentina. Si bien este retiro de grandes jugadores puede generar preocupación, también abre la puerta a una nueva configuración del mapa energético.
“Puede ser el preludio a que empiecen a mirar a Vaca Muerta empresas de segunda línea, independientes, que no tienen actividad en otros países”, explicó. Este movimiento responde en parte a la expectativa del fin del cepo cambiario y a la nueva relación que Argentina empieza a construir con los mercados.
Del cepo al financiamiento: un nuevo enfoque
El directivo subrayó que las condiciones macroeconómicas están cambiando y que eso genera una mayor libertad para que las empresas tomen decisiones estratégicas. “Durante años pareciera que han estado presas. Hoy están viendo que el cepo se termina, que pueden decidir entre invertir en Argentina o en activos en Namibia, Surinam o Brasil”, planteó.
En este marco, destacó que Vaca Muerta necesita financiamiento genuino. Con inversiones anuales estimadas en 10.000 millones de dólares —y con perspectivas de llegar a 20.000 millones para 2030 si se busca alcanzar el millón de barriles por día—, el desafío será lograr capital competitivo y eficiente. “Hay que mostrar resultados, transparencia y eficiencia”, sentenció.
La mirada internacional y la confianza
Consultado sobre la posibilidad de repetir errores del pasado en relación al prestamo del FMI durante el gobierno de Mauricio Macri, Fucello fue cauto pero optimista. Reconoció que hay cautela por parte de los inversores, pero también observó una reacción más contenida del mercado frente a eventos como la suba del dólar. “Eso indica una mejor salud macroeconómica”, analizó.
Además, valoró positivamente la recepción de obligaciones negociables en el exterior durante 2023, que mostraron que el apetito inversor por proyectos energéticos en Argentina sigue vigente. “Es un cambio enorme el que estamos viviendo”, aseguró.
Costos y tensiones dentro de la industria
Uno de los puntos más tensos de la entrevista surgió al analizar las declaraciones de Horacio Marín, presidente de YPF, sobre los costos de las empresas de servicios. Según Marín, estas cobran en Argentina un 35% más que en Estados Unidos por los mismos trabajos.
Fucello respondió con datos: “La mano de obra representa entre el 40 y el 70% del costo total de una empresa de servicio. Y en materiales, muchos son importados. Tenés 40 días de barco, tasas, flete, seguro, nacionalización e IVA adicional que no se puede usar como crédito”. En este sentido, cuestionó la comparación directa con Estados Unidos y sostuvo que, dadas las condiciones locales, “somos super eficientes”.
Elecciones, incertidumbre y realismo
Sobre el clima laboral y el impacto de los ciclos electorales, Fucello recordó que históricamente la actividad en Vaca Muerta se desacelera en años de elecciones, pero luego se recupera. Aun así, admitió que actualmente hay una baja en la ocupación que genera inquietud entre los trabajadores: “Vemos que la plantilla se achica, y eso tiene impacto directo en la gente”.
El problema, sin embargo, no es exclusivo de Vaca Muerta. “En el sur, en Santa Cruz o Tierra del Fuego, la reducción de personal es drástica y muy silenciosa”, alertó.
Infraestructura: el cuello de botella que no se resuelve
Finalmente, Fucello hizo una advertencia sobre la necesidad de avanzar en infraestructura. “Los caños para sacar el millón de barriles ya los están soldando, el petróleo está, pero hay que sacarlo y venderlo”, sostuvo. Y advirtió sobre el estado vial de la región: “La infraestructura vial es realmente dolorosa. Las rutas están colapsadas y no hay una salida concreta”.
Pese a todo, concluyó con una visión esperanzada: “Vaca Muerta ha pasado por mil conflictos y siempre se ha resuelto. Sería muy triste que se frene ahora. Tenemos todo para ganar”.