Valeria Lobos murió tras dos meses de agonía

Valeria Lobos, de 34 años, falleció ayer a las 17:45, luego de una dura batalla contra las complicaciones derivadas del disparo que recibió el pasado 12 de octubre. Las infecciones provocadas por el ataque agravaron su estado crítico y, pese a los esfuerzos médicos, no fue posible salvarle la vida. Su familia exige justicia y […]

Valeria Lobos, de 34 años, falleció ayer a las 17:45, luego de una dura batalla contra las complicaciones derivadas del disparo que recibió el pasado 12 de octubre. Las infecciones provocadas por el ataque agravaron su estado crítico y, pese a los esfuerzos médicos, no fue posible salvarle la vida. Su familia exige justicia y el caso podría derivar en un agravamiento de la imputación contra su agresor, Franco Montoya.

El ataque ocurrió en la vivienda de Valeria en Centenario, cuando Montoya, su expareja, le disparó con un arma casera conocida como «tumbera». Inicialmente imputado por tentativa de femicidio agravado, el hombre permanece detenido con prisión preventiva. Ahora, con el deceso de Valeria, la causa podría cambiar a femicidio, un delito que contempla penas más severas.

Jesús Lobos, padre de la víctima, recordó con dolor los altibajos en la salud de su hija. «Llegó a estar consciente por unas horas», relató, pero una infección severa complicó su recuperación y obligó a los médicos a inducirla nuevamente al coma. El disparo afectó órganos vitales como el páncreas, estómago e intestinos, dejando pocas posibilidades para una intervención quirúrgica adicional.

Franco Montoya está detenido por haber baleado a Valeria. Podría ser acusado de femicidio.

La comunidad de Centenario quedó conmocionada por el brutal ataque, reavivando el debate sobre la violencia de género en Argentina. Montoya, con antecedentes de violencia, estuvo prófugo durante diez días antes de entregarse, luego de que la familia de Valeria ofreciera una recompensa para localizarlo. La prisión preventiva fue ratificada para garantizar el avance de la investigación.

En paralelo, organizaciones sociales y vecinos realizaron movilizaciones exigiendo justicia y mayores medidas de protección para las mujeres en situación de violencia. «Es evidente que los mecanismos actuales son insuficientes», expresó la abogada de la familia, quien destacó la urgencia de una reforma estructural para frenar esta problemática.

El caso de Valeria no es aislado. En lo que va del año, cientos de mujeres han sido víctimas de violencia extrema, muchas de ellas a manos de sus exparejas. Este fin de semana, Natalia Vilte, otra mujer del oeste neuquino, fue asesinada por su pareja, evidenciando una crisis que demanda respuestas inmediatas por parte del Estado y la sociedad.

Los últimos días de Valeria estuvieron marcados por el amor y el apoyo de sus seres queridos, quienes realizaron cadenas de oración y acompañaron a la joven hasta el final. «Solo queda tener fe», dijo su padre en las horas previas al desenlace, un reflejo de la desesperación de la familia ante la pérdida.

El caso de Valeria Lobos se convierte en un emblema de lucha contra la violencia de género, pero también en un recordatorio de la deuda pendiente con las víctimas. La familia y la comunidad esperan que este trágico desenlace impulse cambios significativos y no quede solo en las estadísticas de una realidad devastadora.

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